El Santo Grial
Si hay un objeto lleno de misterios y enigmas en la cristiandad, ese es, sin lugar a dudas, el Santo Grial.
Supuestamente es la copa que compartió Jesús con sus doce apóstoles en la Última Cena.
Pero el Grial pasó sin pena ni gloria hasta que, en la Edad Media, como veremos, surgieron una serie de leyendas que hablaban del Grial como un objeto mágico. Tanto fue así, que los nazis en su disparatada carrera en busca de objetos de poder, recorrieron el mundo en su busca.
Locuras aparte, el Grial es un símbolo, un objeto devocional, un tesoro conmemoratívo del punto crucial del cristianismo y sobre el que se asienta la Iglesia: la eucaristía.
Pero lo curioso es que nadie habló del Grial hasta la Edad Media. Ahí empezamos nuestro relato de hoy.
Adelante, te doy la bienvenida a la biblioteca escarlata.
El cuento del Grial
La primera referencia al Grial data del año 1180 aproximadamente en Francia. Allí, el bardo Chrétien de Troyes compuso un texto incompleto, llamado El cuento del Grial, en el que apenas se menciona este mágico objeto, que habría sido el protagonista de la segunda parte de esta obra, que quedó inconclusa.
El libro sí que nos da a conocer a dos protagonistas que luego aparecerán en leyendas posteriores sobre el Grial: Perceval, el héroe, y Galván, su contrapunto.
De esta narración contamos con diversas ediciones en castellano. Una que yo recomiendo es la de Alianza Editorial que se puede adquirir en edición de bolsillo pero fantásticamente editada.
Apenas unas décadas después, en territorio germano, será otro poeta, Wolfram von Eschenbach, el encargado de dar vida al Santo Grial. Lo tenemos en su poema épico titulado Parzival.
Viene a completar lo que nos decía Chrétien de Troyes: sir Perceval, caballero de la Mesa Redonda de la corte del rey Arturo, es comisionado para la búsqueda del Santo Grial.
Los filólogos han ido más allá y han encontrado una fuente anterior, aunque incompleta, donde se habla del Grial, también de la mano de von Eschembach: Titurel, un romance incompleto escrito aproximadamente en 1217.
Para conocer a fondo Parzival, podemos mencionar la edición de Siruela, que como siempre hace un trabajo de edición impecable.
La muerte de Arturo

La fuente para los temas griálicos en Gran Bretaña vendría unos siglos después con la obra La muerte de Arturo de Thomas Malory datada aproximadamente en 1485. Esta fuente británica es, probablemente, la que más ayudó a difundir la leyenda de la santa copa.
Ya en el siglo XIX, este texto dio lugar a toda una serie de obras artísticas relacionadas con este tema de la mano de pintores prerrafaelitas como Edward Coley Burne-Jones o Dante Gabriel Rossetti. Una de ellas fue un inmenso tapiz realizado por Morris & Co. en la década de 1890 que ilustra la leyenda del Santo Grial y que vimos en Madrid en la Fundación Juan March en 2012. Aquí te dejo el enlace al catálogo de la exposición "William Morris y compañía: el movimiento Arts & Crafts en Gran Bretaña", que merece mucho la pena y está disponible de forma gratuita.
Precisamente, con motivo de esa exposición, te dejo el audio de la conferencia magistral que impartió Victoria Cirlot, también en la March, titulada "El mito del Grial en la literatura y en el arte" y que nos cuenta, mucho mejor que yo, toda la historia del surgimiento de la leyenda del Grial.
Y por último, para refexionar sobre el significado del mito del Santo Grial, te propongo un texto brillante, de mano de Joseph Campbell, que fue uno de los mayores expertos mundiales en mitología, y de quien la editorial Atalanta está traduciendo toda su obra al castellano. Yo recomiendo todos sus títulos, pero para el tema que nos atañe, la referencia es el volumen titulado La historia del Grial.
¿Cuál es el verdadero Grial?
Parecía que desde el siglo XX había un cierto consenso en que el Grial verdadero estaba custodiado, nada menos, que en la catedral de Valencia. Se compone de una piedra de Calcedonia fechada en el siglo I con un pie y un asa metálicos de una época posterior.
Los historiadores contemporáneos han tratado de dar veracidad a esta historia, y han trazado una ruta de este objeto que va desde Judea a Roma y de Roma a Hispania. Después aparece en el Reino de Aragón, concretamente en San Juan de la Peña en el siglo XII para pasar después a la Aljafería en Zaragoza. Por fin, en el año 1424, el rey Alfonso el Magnánimo trasladaría el Cáliz a Valencia por la ayuda de este reino en las luchas mediterráneas del monarca. Y desde ese momento se conserva allí.
Pero la polémica saltó en 2014 cuando dos investigadores, Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del Rio, propusieron que el verdadero Grial era una copa custodiada en la iglesia de san Isidoro de León. Si queréis conocer sus fundamentos, aquí os dejo una reseña del libro Los reyes del Grial, con el que trataron de defender su hipótesis. No obstante, la comunidad científica sigue apostando hoy en día por el cáliz valenciano.
Por último, en este apartado, quería mencionar que hay muchos más candidatos a ser el Grial pero con menos argumentos que los nuestros. Para hacer un repaso, te propongo que escuches este podcast de Mistérica Radio Secreta donde Belén Doblas entrevista a Carlos Taranilla, autor del libro El Santo Grial publicado por Almuzara.
El fuego invisible
La literatura contemporánea también se ha hecho eco de la historia del Grial. No puedo dejar de citar El fuego invisible, de Javier Sierra, Premio Planeta 2017. Como siempre dice Javier, si los ensayos sirven para plantear preguntas, la literatura está, de algún modo, para responderlas. Así que las páginas de El fuego invisible nos llevan más allá de la búsqueda del objeto para centrarse en la introspección y el sentido último que tiene esta sagrada copa para aquél que decide buscarla. De alguna manera este camino interior supone también un rito iniciático. Así que si queréis conocer la respuesta al Grial que nos ofrece Javier Sierra no dejéis de leer este brillante título.
Arte y sociedades secretas
Para terminar este boletín, quería mencionar dos recursos de mi autoría: una conferencia sobre la búsqueda del Grial en el París de 1900 y mi último libro Arte y sociedades secretas. Péladan y lo Salones de la Rosa+Cruz, editado por Archivos Vola.
La conferencia la impartí con motivo de recibir el galardón de la Asociación ASES a la divulgación e investigación del misterio 2018, junto con mi querido y admirado Jesús Callejo y un premio póstumo al Profesor Jiménez del Oso. Aquí puedes ver el vídeo de la conferencia.
En lo que respecta al libro, allí hablo de la figura de Joséphin Péladan, un excéntrico personaje, ocultista para más señas, empeñado en la búsqueda del Grial. Lo descubrió de mano de Richard Wagner y de su ópera Parsifal. El caso es que la obra de Wagner inspiró también a muchos artistas como Odilon Redon, Jean Delville o nuestro compatriota Rogelio de Egusquiza.
A partir de la primera década del siglo XX, Péladan se obsesionó con la búsqueda del Grial y pensó que el Montsalvat que se cita en la obra de Wagner no era otro sino Montsegur, al sur de Francia, último reducto de los Cátaros. Viajará hasta allí en su busca pero sin lograr ningún éxito.
Si te apetece conocer un poco más la historia de Péladan y su anhelo griálico, además de su papel como esteta esotérico promotor de exposiciones de arte vinculado con lo oculto, aquí te dejo el enlace de mi libro Arte y sociedades secretas. Péladan y lo Salones de la Rosa+Cruz.
Y ya para despedirme...
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Y, ahora sí, ya me despido.
¡Hasta la semana que viene!
Un abrazo,
Pedro Ortega.