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Te damos la bienvenida a Mistérica Land, un lugar donde encontrarás diversos contenidos y referencias, algunos conocidas y otros no tanto, relacionados con lo que llamamos “la cultura del misterio”. Este es el número especial de Halloween y desde Mistérica Land lo celebramos por todo lo alto. Si quieres unirte a nosotros, ya sabes que el disfraz de este año es el de vampiro. Esperamos que lo disfrutes.
PATROCINADO
Gente de Muerte es la nueva obra de la periodista y mitóloga Israel J. Espino, un apasionante viaje a través del tiempo del espacio tras las huellas de las huestes paganas, las cacerías salvajes y las procesiones de ánimas.
Espino emprende un viaje legendario para recorrer la vieja Europa tras las huellas borrosas de estos cortejos mágicos, buscando junto a dioses paganos al ejército furioso en las frías tierras escandinavas, a los jinetes sin cabeza en los frondosos bosques germánicos, a las ruidosas cacerías salvajes en las Landas francesas, a los cortejos de hadas en los verdes valles galeses, a los infernales sabuesos sobrenaturales en los desolados páramos británicos y a las tenebrosas procesiones de muertos en el norte de España.
Y todo para descubrir, al final del viaje, cómo la hueste antigua sigue dejando impresas sus huellas descarnadas en la gélida escarcha del camino.
La bola de cristal
Hablando de Whitby, hoy os contamos la historia de dos lienzos vinculados a esta ciudad de la mano del pintor prerrafaelita J. W. Waterhouse. En 1904 crea un lienzo inquietante: La bola de cristal. La mujer es la adivinadora que observa la imagen reflejada en el interior de una bola de cristal. Vemos un libro de hechizos abierto por una página de la que la protagonista habrá pronunciado las palabras mágicas. Junto al libro, una calavera, un elemento de múltiples lecturas que puede hacer referencia a la práctica brujeril o a la muerte. Si nos fijamos en el vestido y en el interior de la estancia observamos que se trata de una escena medieval. La bola de cristal se utiliza para una práctica de adivinación que se remonta a la cultura celta donde los druidas veían en las piedras de berilo el pasado, el presente y el futuro. En la Edad Media, sin embargo, las bolas para adivinación eran de cristal de roca.
Este cuadro, paradójicamente, hace pareja con otro, hoy desaparecido, titulado El misal, en donde una joven devota reza arrodillada. Se dice que Frederick Pyman encargó la pareja de cuadros a Waterhouse para su residencia de Whitby. Whitby es una localidad costera al nordeste de Inglaterra en la que tienen similar presencia,las tradiciones cristiana y de culto a la magia blanca. Es más, Whitby es la localidad donde Bram Stoker halló las primeras referencias sobre el nombre ‘Dracul’ y donde se inspiró para crear su obra cumbre: Drácula, que en buena parte se desarrolla en esta ciudad. Este es un elemento que sugiere una posible vinculación entre Waterhouse y Stoker, ambois con sospechas de haber pertenecido a la orden secreta de la Golden Dawn. Se ha propuesto que la pareja de cuadros que pinta Waterhouse viniera a representar el cristianismo y la magia en la ciudad de Whitby.
Si te interesa este tema, el próximo miércoles 2 de noviembre estaré dando la conferencia “La mujer y la magia en la pintura victoriana” a las 17:40h en la biblioteca histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid en c/Noviciado, 3 de Madrid <M> Noviciado y Plaza de España.
Nosferatu en pantalla grande
Si no te quieres perder un espectáculo con mayúsculas apunta esta cita en tu agenda: lunes 31 de octubre a las 22h en el Cine Paz de Madrid.
Se trata de una propuesta que combina el cine de los orígenes, en este caso de un clásico del expresionismo alemán, con una composición sonora de música electrónica de vanguardia que nos ofrecerá de Daniel Van Lion.
Algunos títulos sobre vampiros
Los aficionados al mundo vampírico solemos tener como textos de referencia (casi diría yo iniciáticos) El vampiro de Polidori y, sobre todo, Drácula de Bram Stoker. Pero la fuente de estos seres bebedores de sangre parece ser casi arquetípica y su rastro aparece en la sabiduría popular desde tiempo inmemorial. Así nos lo pone de manifiesto el Padre Calmet en la obra titulada Tratado sobre los vampiros, publicada en París en 1751. Podría decirse de esta que se trata del primer tomo sobre los vampiros de la literatura universal.
Calmet, de alguna manera, recopila las historias que han llegado a su conocimiento (en su mayoría de Europa, aunque hay casos reseñados de Perú) de los que él gusta denominar «revinientes», esto es, personas que vuelven a la vida tras haber fallecido y con la intención de llevarse a otros a la tumba. El volumen recoge esos casos pero también dedica algunos capítulos a buscar antecedentes, tanto en fuentes grecolatinas como veterotestamentarias, pues nos habla de lamias, estrigas y, como no, de la perversa Lilith. Eso sí, Calmet no afirma o desmiente la veracidad de las historias, tan solo actúa como recopilador.
Quizá uno de los capítulos más intrigantes y a la vez menos explicados del Drácula de Bram Stoker sea la travesía que lleva al conde Drácula y su séquito desde Rumanía hasta Whitby en Inglaterra. Es por ello que la artista y escritora Ana Juan ha querido recrear ese viaje en este libro ilustrado, cuyo título es el nombre del fatídico navío que transportó a la cohorte de vampiros: el Demeter.
Nada más abrir la tapa de este magnífico volumen, encontramos un siniestro mapa de la Europa de finales del XIX, donde están marcadas la ciudad de Varna (Rumanía) y la de Whitby (Inglaterra) mediante un trazado sanguinolento, que indica la ruta del siniestro buque.
La obra es una colección de ilustraciones en blanco y negro muy trabajadas por la autora, quien ha empleado técnicas mixtas entre las que se reconocen lápiz, carboncillo y acuarela. Conforman el terrible imaginario dibujos del barco, de los marineros asustados, sombras, personajes diabólicos, formas esperpénticas y cadavéricas, moscas y polillas.
Enfrentarse con el Drácula de Bram Stoker es como hacer frente al coloso Goliat, ya que se trata de un gigante de la literatura universal y, sin lugar a dudas, del máximo exponente de literatura vampírica. Para un historiador del arte como yo, cuyo nexo principal con el vampiro es su trasunto artístico —sobre todo en el cine y en los lienzos—, acercarse al Drácula de Stoker es ir a beber de la fuente original de todas estas representaciones.
Lo primero que nos llama la atención del texto de Stoker es su utilización del género epistolar para construir el relato. Nos vamos enterando de la acción según Madam Mina, Jonathan Harker, Van Helsing y sus colegas van escribiendo en sus respectivos diarios. Esto nos hace contemplar las acciones en tiempo pasado, e implica que el escritor del diario ha sobrevivido para contarlo. Otra de las características de este género es que los protagonistas hablan en primera persona: es su propia forma personal de escribir la que nos los describe, además de las apreciaciones que de ellos hacen sus compañeros.
Por otro lado, si bien podemos conocer a los «buenos» de una forma directa, nada sabemos del conde Drácula, excepto por las especulaciones de sus contrincantes. El conde no habla. La imagen que tenemos de él es el constructo que hacen el resto de los protagonistas. Es curioso que uno de los argumentos empleados para predecir el comportamiento de Drácula sea su «mente infantil»; deducción que choca frontalmente con un personaje que lleva vividas centurias y ha sido gobernante y sangriento depredador. Esta es, en mi opinión, una inconsistencia de la obra.
Recomendaciones para este Halloween
Tour por el Cementerio de San Isidro
Novedad de la casa…
Como seguramente sabes, desde Mistérica tenemos toda una trayectoria editorial: la revista cultural Mistérica Ars Secreta, la revista académica Herejía y Belleza, Ediciones Mistérica o el reciente sello Aulós sobre temas de estética. Aquí te dejo el segundo volumen que hemos editado en Aulós sobre la película Sócrates de Roberto Rossellini. Es una publicación de varios autores e incluye el guión original traducido por primera vez en castellano. Aquí te dejo el enlace.
Un poco de música para despedirnos…
Os dejamos con la canción “Vampyre’s Cry” del grupo gótico británico Nosferatu, que viene ni que pintada para despedir este boletín:
Este boletín está realizado por Pedro Ortega con la colaboración de Belén Doblas y Ángel Martínez Villena.
Aquí nos vemos en dos semanas…
¡Feliz Halloween!
Pedro Ortega